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Man Watching Adult Movie On Digital Tablet

En los últimos años, he atendido a numerosos padres preocupados por el uso del teléfono móvil por parte de sus hijos. No es una inquietud menor. En un mundo cada vez más conectado, parece inevitable que los niños y adolescentes accedan a la tecnología desde edades muy tempranas. Sin embargo, la falta de control y supervisión sobre estos dispositivos puede tener consecuencias graves para su desarrollo emocional, social y cognitivo. Quiero compartir algunas reflexiones sobre los peligros de los teléfonos móviles para los niños y las medidas que, desde mi experiencia como psicóloga infantil, considero imprescindibles para enfrentar esta situación.Uno de los principales riesgos que he identificado en mi consulta es la exposición a contenido inapropiado. Recientemente, una madre me consultó porque su hija había accedido a material pornográfico a través de su teléfono móvil. Este tipo de situaciones es cada vez más común y sumamente preocupante. Como siempre les explico a los padres, la pornografía no es adecuada para niños ni adolescentes. Los mensajes que transmite sobre la sexualidad son distorsionados y, muchas veces, violentos. Exponer a los niños a este contenido puede normalizar conductas que no son saludables ni apropiadas para su edad.El cerebro infantil, en pleno desarrollo, no está preparado para procesar estas imágenes o entender sus implicaciones. Esto puede llevar a confusión sobre lo que son relaciones sexuales seguras y consentidas, y generar expectativas irreales sobre las relaciones afectivas. En este caso, recomiendo encarecidamente el uso de controles parentales, como "Google Family Link", una herramienta que permite restringir el acceso a contenido no apto para menores y regular el tiempo que los niños pasan en línea. Sin esta supervisión, los riesgos se multiplican, y es responsabilidad de los adultos crear un entorno digital seguro para sus hijos.Además del acceso a contenido inapropiado, el uso de redes sociales por parte de los niños es otra de mis grandes preocupaciones. Las plataformas como Instagram, TikTok y sobre todo Snapchat pueden parecer inofensivas, pero en realidad esconden numerosos riesgos para los menores. He trabajado con niños y adolescentes que han sido víctimas de acoso en línea, depredadores sexuales y extorsión digital. A menudo, los niños no comprenden que las personas con las que interactúan en estas plataformas pueden no ser quienes dicen ser.Es fundamental que los padres hablen abiertamente con sus hijos sobre los peligros de las redes sociales. Siempre recomiendo que se establezcan reglas claras sobre con quiénes pueden interactuar y qué tipo de información es apropiado compartir. Los niños deben saber que nunca deben enviar fotos íntimas o comprometerse a cumplir con demandas de desconocidos, ya que esto puede generar situaciones muy peligrosas, como el chantaje o la manipulación.Es crucial recordarles que, aunque tengan permitido usar el teléfono, sigue siendo propiedad de los padres, quienes tienen el derecho de supervisar su uso para protegerlos. Esta supervisión debe ser transparente y basada en la confianza, explicando que no se trata de invadir su privacidad, sino de cuidar su bienestar.En mi consulta, he observado que cada vez más niños y adolescentes presentan signos de adicción a los teléfonos móviles. La tecnología, si no se controla adecuadamente, puede convertirse en una fuente constante de estimulación que afecta la capacidad de los niños para concentrarse en otras actividades. El uso excesivo de dispositivos está relacionado con trastornos del sueño, dificultades para prestar atención y un incremento en la irritabilidad. Además, muchos niños que pasan demasiado tiempo conectados presentan un descenso en su rendimiento escolar.Aquí, los controles parentales juegan un papel fundamental. Limitar el tiempo de uso del teléfono es esencial para que los niños tengan espacio para otras actividades necesarias para su desarrollo, como el juego al aire libre, la lectura o el tiempo en familia. Además, es importante establecer horarios específicos para el uso del móvil, evitando que interfiera con las horas de sueño o los momentos de socialización.Otro de los riesgos del uso inadecuado del teléfono móvil es la posible afectación de las habilidades sociales y emocionales. Los niños necesitan interacciones cara a cara para desarrollar la empatía, aprender a gestionar conflictos y fortalecer sus vínculos afectivos. Sin embargo, muchos pasan horas interactuando de manera superficial a través de redes sociales, lo que limita su capacidad de establecer relaciones profundas.He observado que, en muchos casos, la constante comparación social que ocurre en plataformas como Instagram o TikTok puede afectar la autoestima de los niños. Ver las vidas "perfectas" de otros usuarios, cuidadosamente editadas, puede generar en los menores sentimientos de insuficiencia o frustración. Este tipo de exposición constante puede incrementar la ansiedad y contribuir al desarrollo de trastornos emocionales, como la depresión. En este sentido, es vital que los padres ayuden a sus hijos a entender que lo que ven en las redes no siempre refleja la realidad y que su valor personal no depende de los "me gusta" o seguidores que tengan.La supervisión parental es, sin duda, una de las mejores herramientas para prevenir los riesgos asociados al uso del teléfono móvil en los niños. Sin embargo, esta supervisión debe estar acompañada de un diálogo abierto y constante. Los niños deben sentir que pueden acudir a sus padres ante cualquier situación incómoda o peligrosa que encuentren en línea, sin temor a ser castigados o juzgados. He trabajado con muchos padres que, al establecer una comunicación efectiva con sus hijos, han logrado prevenir situaciones de riesgo y han fomentado un uso responsable de la tecnología.La supervisión no debe ser sinónimo de control autoritario, sino de acompañamiento. Sugiero siempre que los padres expliquen claramente a sus hijos por qué se implementan ciertas medidas, como la revisión de las actividades en línea o los límites de tiempo de pantalla. De esta manera, los niños comprenderán que estas reglas están pensadas para protegerlos, no para limitar su libertad.

Mi hija está mirando pornografía

Group of young hipster friends using the phone with disinterest at each other. The concept of technology addiction, Teens, addiction

The addictive nature of the Internet has been widely recognized for quite some time. The instant and unpredictable rewards it offers can make real-life experiences seem slow and dull by comparison. This phenomenon is particularly evident among "digital natives," those who learned to use smartphones before they could walk and are now in their teenage years.While the Internet undeniably provides significant benefits in terms of convenience, connectivity, and access to information, a recent study has explored the potential impacts of these dynamics on the brains of individuals aged 10 to 19. The study reveals that Internet addiction can alter brain networks responsible for attention and decision-making, crucial aspects of adolescent development.Disruptions in Brain NetworksThe research, led by Max Chang and Irene Lee at University College London, reviewed 12 neuroimaging studies examining the effects of Internet addiction on adolescent brains. The findings indicate changes in the connectivity and signalling of neural networks that manage essential daily functions such as attention, intellectual capacity, working memory, physical coordination, and emotional processing.In simpler terms, the review found that activities involving the "executive control network" of the brain showed interruptions in certain neural regions for those with Internet addiction. These disruptions were not observed in individuals without this addiction. However, the researchers caution that "current findings merely sketch an incomplete picture, not necessarily depicting Internet use as wholly positive or negative."The Generation Alpha ChallengeGeneration Alpha, those born in the 2010s and now in their teenage years, is the first to grow up in a fully digital world. By the time they were born, social media platforms like Facebook and Instagram were already widespread, likely influencing their identity formation significantly.However, the relatively short lifespan of this generation makes it difficult to determine definitively how the Internet will affect their cognitive development. What is clear is that adolescents' brains are more vulnerable than those of adults, making them more susceptible to mental health issues like addiction, which can have long-term consequences.The Need for Diverse DataThe review by Chang and Lee notes that most existing research on this topic has been conducted in Asian countries. This lack of diversity in the sample means it may not be appropriate to generalize the findings to Western contexts, despite similar reports of Internet addiction in these regions.For instance, Spain only began including data on problematic Internet use (a term preferred over "addiction") in its annual surveys on drug and alcohol use in secondary schools in 2014. Since then, there has been a marked increase in compulsive Internet use, peaking in the 2021 report, with a higher prevalence among girls.Although more research is needed to confirm the effects of Internet addiction on adolescent behaviour and future well-being, the authors of the review emphasize that "understanding how and where Internet addiction affects functional connectivity in adolescent brains, and replicating functional MRI studies with diverse populations, can inform future therapeutic and public health interventions globally."Towards a Balanced ApproachGaining a deeper understanding of these dynamics is crucial for developing effective prevention strategies and rehabilitation programmes that help adolescents maintain a healthy relationship with technology. The solution lies not in demonizing the Internet but in finding a balance that allows the next generation to thrive in both the digital and real worlds.

Navigating Internet Addiction in Adolescents

Little Caucasian boy looking through the window of a wooden toy house in a outdoor playground and showing stop hand sign

Como psicóloga infantojuvenil, me preocupa profundamente la creciente difusión de desinformación sobre el abuso sexual infantil que se está propagando en las redes sociales, especialmente cuando proviene de influencers y pseudoexpertos. Recientemente, he observado una tendencia inquietante: la recomendación de prohibir a los niños asistir a fiestas de pijamas bajo la premisa de que los padres de sus amiguitos podrían abusar sexualmente de ellos. Aunque la protección de los menores es una prioridad incuestionable, estas afirmaciones simplistas y alarmistas pueden causar más daño que beneficio.El abuso sexual infantil es una problemática compleja y devastadora. Según datos del National Center for Victims of Crime, aproximadamente el 90% de los abusos sexuales a menores son perpetrados por personas conocidas por el niño, y en muchos casos, estos perpetradores son familiares directos. Los datos de la organización Darkness to Light revelan que:*El 30-40% de los perpetradores son familiares directos. *Otro 50% son personas conocidas y en quienes la familia confía, como amigos de la familia, vecinos, maestros, entrenadores y líderes religiosos. *Solo alrededor del 10% de los abusos son cometidos por extraños. Estos datos nos muestran que el peligro no radica principalmente en los padres de los amigos de nuestros hijos, sino en personas más cercanas a nuestro entorno inmediato.Las fiestas de pijamas son una experiencia significativa en la infancia de muchos niños. Les permiten desarrollar habilidades sociales, fortalecer amistades y fomentar la independencia. Privar a los niños de estas actividades por miedo a situaciones extremas y estadísticamente improbables puede limitar su capacidad para formar relaciones saludables y disfrutar de una infancia plena y enriquecedora.En lugar de prohibir actividades sociales, debemos centrarnos en equipar a los niños con las herramientas y la educación necesarias para protegerse en cualquier entorno. Esto incluye:*Educación sobre el cuerpo y el consentimiento: Desde una edad temprana, los niños deben aprender que tienen control sobre su propio cuerpo y que nadie tiene derecho a tocarlos de manera inapropiada. Enseñarles a decir "no" y a comunicar cualquier comportamiento que les incomode es fundamental.*Identificación de comportamientos inapropiados: Los niños deben ser capaces de reconocer los signos de comportamientos inapropiados y entender que no todos los adultos son seguros, incluso aquellos conocidos.*Comunicación abierta con los padres: Fomentar un ambiente de comunicación abierta en casa, donde los niños se sientan seguros para hablar de sus experiencias y preocupaciones sin miedo a represalias o juicios.*Supervisión y selección de entornos seguros: Si bien no debemos prohibir las fiestas de pijamas, es prudente conocer a las familias de los amigos de nuestros hijos y asegurarse de que los entornos a los que asisten sean seguros y supervisados adecuadamente.La influencia de las redes sociales es innegable, y muchas veces, los consejos bienintencionados pero mal informados de influencers pueden sembrar miedo innecesario entre los padres. Estos mensajes pueden conducir a una sobreprotección que priva a los niños de experiencias vitales para su desarrollo. En lugar de generar pánico, los influencers deberían colaborar con expertos en psicología infantil para difundir información precisa y útil sobre cómo proteger a los niños de manera efectiva.Abordar el abuso sexual infantil es una tarea que requiere seriedad y responsabilidad, pero también es crucial evitar la desinformación y el pánico innecesario. Prohibir a los niños participar en actividades sociales como las fiestas de pijamas no es la solución. En cambio, debemos enfocarnos en educar a nuestros hijos y brindarles las herramientas necesarias para protegerse en cualquier entorno. La prevención del abuso sexual infantil se basa en la educación, la comunicación y la creación de entornos seguros, no en el aislamiento social.Como sociedad, tenemos la responsabilidad de proteger a nuestros niños, pero también de permitirles crecer y desarrollarse plenamente. Abordar el problema desde una perspectiva equilibrada y basada en la educación es la mejor manera de asegurar su bienestar y desarrollo integral.

La peligrosa desinformación sobre las fiestas de pijamas y el abuso sexual infantil

girl going through stress and personality disorder

La personalidad de una persona es como una receta que se cocina a lo largo del tiempo con varios ingredientes importantes. Vamos a describir estos ingredientes en términos sencillos:Genética Piensa en la genética como la base de una receta que ya viene escrita antes de que nazcas. Es como si tus padres te pasaran un libro de recetas con ciertas instrucciones. Estos "ingredientes" genéticos determinan cosas como tus talentos naturales, tu temperamento (si eres más tranquilo o más activo) y algunas características físicas. No puedes cambiar estos ingredientes porque vienen de tus padres y abuelos.Apego El apego es como el primer chef que te ayuda a cocinar cuando eres un bebé. Este chef son tus padres o cuidadores. Si este chef es amoroso y está siempre contigo, te sientes seguro y confías en el mundo. Este primer apego influye mucho en cómo te relacionas con los demás cuando creces. Si el chef no está presente o es inconsistente, podrías tener más dificultades para confiar en los demás.Entorno El entorno es todo lo que te rodea mientras creces: tu familia, amigos, escuela, vecindario, cultura, etc. Es como la cocina donde estás cocinando. Un entorno positivo, con apoyo y oportunidades, te ayuda a desarrollar una personalidad saludable. Por otro lado, un entorno negativo, con problemas y estrés, puede hacer que sea más difícil para ti desarrollarte de manera positiva.Experiencias Las experiencias que vives son como los diferentes ingredientes y especias que vas añadiendo a tu receta de vida. Cosas buenas como aprender nuevas habilidades, hacer amigos, y tener éxito en la escuela son ingredientes positivos. Cosas difíciles como perder a alguien querido, fracasar en algo importante, o tener problemas familiares son como ingredientes amargos o difíciles de manejar. Cada experiencia te moldea de alguna manera.Trauma El trauma es como un ingrediente muy fuerte y amargo que puede cambiar el sabor de tu receta de vida. Un trauma puede ser una experiencia muy dolorosa y estresante, como un accidente, abuso, o la pérdida de un ser querido. El trauma puede afectar profundamente tu personalidad y cómo ves el mundo. Puede hacer que te sientas inseguro, ansioso o deprimido, pero también puedes aprender a superar el trauma con apoyo y tiempo.Interacciones sociales Las interacciones sociales son como los condimentos que le das a tu receta cada día. Las personas con las que hablas, los amigos que haces, y las relaciones que construyes te ayudan a definir tu personalidad. Si te rodeas de personas positivas y amorosas, es más probable que desarrolles una personalidad optimista y confiada. Si tus interacciones son negativas o tóxicas, pueden afectarte de manera negativa.Educación y cultura La educación y la cultura son como las técnicas de cocina y los estilos que aprendes a lo largo del tiempo. Tu educación te enseña cómo entender el mundo y cómo comportarte en diferentes situaciones. La cultura te da un marco de referencia sobre lo que es importante, cómo celebrar, y cómo resolver problemas. Ambos factores influyen mucho en cómo ves el mundo y cómo interactúas con él.Resiliencia Finalmente, la resiliencia es como la capacidad de tu receta para adaptarse y mejorar con el tiempo. Es la capacidad de manejar las dificultades y seguir adelante. Algunas personas tienen más resiliencia natural (quizás debido a la genética o a un buen apego temprano), pero todos pueden desarrollar más resiliencia aprendiendo y practicando habilidades de afrontamiento.

¿Cómo se forma la personalidad?

Husband strictly watching his wife looking at another guy while walk. Jealous concept. Man with beard jealous aggressive because girlfriend interested in handsome passerby. Passerby smiling to lady.

A mi consulta llegan muchos hombres que tienen dificultad para gestionar los celos.&nbsp; Los celos pueden ser una emoción muy intensa y difícil de manejar, pero reconocerlos y querer trabajar en ellos ya es un gran paso. Quiero ofrecerte algunos consejos que pueden ayudarte a manejar tus celos y mejorar tus relaciones de una manera más saludable y constructiva.Recuerda que trabajar en los celos es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo. Sé paciente contigo mismo y celebra tus progresos, por pequeños que sean. Lo importante es que estás dispuesto a mejorar y a construir una relación más saludable y feliz.Reconoce y acepta tus sentimientos El primer paso para manejar los celos es reconocer que los sientes y aceptarlos sin juzgarte. Es normal sentir celos de vez en cuando, pero es importante no dejar que controlen tu comportamiento.Tómate un momento para identificar cuándo y por qué te sientes celoso. Anótalo en un diario para ayudarte a ver patrones y desencadenantes.Comunícate de forma abierta y honesta Hablar abiertamente con tu pareja sobre tus sentimientos puede ser muy útil. La clave es hacerlo de manera calmada y honesta, sin acusaciones ni recriminaciones.Usa frases en primera persona para expresar tus sentimientos, como "me siento inseguro cuando..." en lugar de "tú siempre haces que me sienta celoso".Desarrolla la confianza en ti mismo A menudo, los celos están arraigados en la inseguridad personal. Trabajar en tu autoestima y confianza en ti mismo puede ayudarte a reducir los sentimientos de celos.Haz una lista de tus cualidades y logros. Practica afirmaciones positivas y busca actividades que te hagan sentir competente y valioso.Fortalece la confianza en la relación La confianza mutua es esencial en cualquier relación. Trabaja en fortalecer la confianza con tu pareja a través de la honestidad, la lealtad y el apoyo mutuo.Establece y respeta acuerdos y límites claros con tu pareja. Cumplir con tus promesas y ser consistente puede fortalecer la confianza.Evita comparaciones Compararte constantemente con otras personas puede alimentar los celos. Recuerda que cada persona y cada relación es única.Cuando te descubras comparándote con otros, redirige tu atención a tus propios valores y cualidades. Practica la gratitud por lo que tienes en tu vida y en tu relación.Maneja el pensamiento negativo Los pensamientos negativos y las suposiciones pueden alimentar los celos. Aprender a reconocer y desafiar estos pensamientos puede ayudarte a mantener una perspectiva más equilibrada.Cada vez que tengas un pensamiento celoso, pregúntate si hay evidencia real que lo respalde. Practica técnicas de reestructuración cognitiva para desafiar y reemplazar los pensamientos negativos con más realistas.Practica la autocompasión Ser amable contigo mismo cuando sientas celos puede ayudarte a manejar mejor esos sentimientos. La autocompasión implica tratarte con la misma amabilidad y comprensión que le ofrecerías a un buen amigo.Habla contigo mismo con amabilidad y recuerda que todos tenemos inseguridades. Practica ejercicios de autocompasión, como la meditación guiada.Fomenta la independencia y el equilibrio Tener una vida rica y equilibrada fuera de la relación puede reducir los celos al disminuir la dependencia emocional.Dedica tiempo a tus propios intereses, hobbies y relaciones. Fomenta una vida social activa y satisfactoria que no dependa únicamente de tu pareja.Busca ayuda profesional Si los celos son abrumadores y afectan significativamente tu relación y bienestar, buscar la ayuda de un terapeuta puede ser muy beneficioso. Un profesional puede proporcionarte herramientas y estrategias específicas para manejar tus celos.Considera la terapia individual o de pareja para abordar los celos de manera más profunda y constructiva.Fomenta la empatía y la comprensión Ponerte en el lugar de tu pareja y tratar de entender sus sentimientos y perspectivas puede ayudarte a reducir los celos y mejorar la relación.Durante una conversación con tu pareja, haz un esfuerzo consciente por escuchar y comprender su punto de vista. Pregunta cómo se siente y por qué, y muestra empatía hacia sus emociones.

Cómo controlar tus celos

Happy smiling young woman showing photos on mobile phone to her friend. Girlfriends using electronic gadgets, chatting online, sharing news, playing games

In today's digital era, where the internet is an integral part of daily life, parental supervision of children and teens' online activities has become more crucial than ever before. With the vast array of content available at their fingertips, young minds are exposed to both the wonders and dangers of cyberspace. Therefore, it's imperative for parents to actively engage in monitoring and guiding their children's online experiences to ensure their safety and well-being.One of the most pressing concerns in today's digital landscape is the impact of social media on young people's mental health, particularly in relation to body image. Platforms like Instagram, with their curated feeds of filtered perfection, often perpetuate unrealistic beauty standards, leading to negative body image and even eating disorders, especially among young girls. The constant comparison to idealised images can erode self-esteem and exacerbate feelings of inadequacy, highlighting the need for parental guidance in helping children and teens critically evaluate and contextualize the content they encounter online.The addictive nature of social media and online engagement is intricately tied to the brain's reward system, particularly the release of dopamine. Every like, comment, or notification triggers a surge of dopamine, reinforcing the behavior and leading to compulsive use and dependency. Without parental supervision and guidance, children and teens may fall prey to the allure of endless scrolling and validation-seeking behaviors, potentially compromising their mental health and overall well-being.&nbsp;However, it's essential to recognize that online access is not inherently detrimental; in fact, it can be a valuable tool for connection, learning, and personal growth. Through social media and digital communication platforms, children and teens can strengthen their relationships with peers, stay in touch to make plans, and even make new friends from diverse backgrounds. Moreover, the internet exposes them to a wide array of hobbies, interests, and perspectives, expanding their horizons and enriching their understanding of the world around them. Therefore, rather than restricting access out of fear, parents should strive to facilitate safe and constructive online experiences that empower young individuals to navigate the digital landscape responsibly.However, amidst the plethora of online platforms, a word of caution is warranted about Snapchat. Despite its popularity among youth for its ephemeral messaging and playful features, Snapchat harbors significant dangers that warrant attention. Its temporary nature, where messages and images vanish after being viewed, can create a false sense of security, leading users to share sensitive content without fully understanding the potential consequences. This opens the door to various risks, including cyberbullying, sextortion, and exploitation. The platform's anonymity and lack of robust privacy controls make it an ideal breeding ground for predators and ill-intentioned individuals seeking to exploit vulnerable users, particularly children and teens. Moreover, Snapchat's geolocation features pose additional risks by potentially revealing users' real-time locations, compromising their safety and privacy.In my professional opinion and that of most colleagues, parental supervision of children and teens' online activities is crucial in today's digital age. Actively monitoring and guiding their online experiences enables parents to safeguard their children from harmful content and online threats, encourage healthy digital habits, and nurture open communication within the family. Collaborative efforts between parents and children are essential in creating a safer and more enriching online environment for the next generation to flourish.

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