¿ChatGPT hace los deberes?
Cuidado, también puede hacer que tu hijo no aprenda (ni apruebe los exámenes). La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Nos facilita la vida, nos ahorra tiempo y nos da acceso a información en segundos. Pero, ¿qué pasa cuando los niños y adolescentes empiezan a usar herramientas como ChatGPT o Deepseek para hacer los deberes? Lo que parece una solución práctica puede convertirse en un problema serio: si la IA hace el trabajo por ellos, ¿cuándo aprenden?
Imagina que le das a tu hijo una calculadora antes de que aprenda a sumar. Probablemente obtendrá la respuesta correcta, pero si mañana le quitas la calculadora, ¿sabrá resolver el problema por sí mismo? Lo mismo ocurre con la redacción y el aprendizaje en general: si no practican, no aprenden. Y si no aprenden, los exámenes se convierten en una pesadilla.
El peligro de no practicar (y suspender después)
Escribir bien no es solo cuestión de talento, sino de práctica. Redactar un texto, hacer un resumen o escribir una carta requiere ordenar ideas, estructurar frases y encontrar las palabras adecuadas. Si un estudiante copia y pega lo que le dice ChatGPT, se está saltando todo ese proceso. Y lo peor es que, al no practicar, no mejora.
Esto es especialmente grave en asignaturas como Lengua, Literatura e Idiomas. ¿Cómo va a aprender inglés un niño si nunca redacta en inglés por sí mismo? ¿Cómo va a mejorar su ortografía si nunca se equivoca y corrige sus propios errores? Usar la IA como atajo puede ser cómodo, pero el aprendizaje real solo sucede cuando el cerebro se esfuerza.
Pero hay un problema aún mayor: los exámenes. Ahí no habrá ChatGPT para responder por ellos. Los estudiantes que abusan de la inteligencia artificial en sus tareas pueden obtener buenas notas en los trabajos, pero cuando llega el momento de demostrar lo aprendido en una evaluación, se encuentran sin recursos. No han practicado, no han desarrollado habilidades y, en consecuencia, su rendimiento baja.
Cuidado con la información falsa
Otro riesgo del uso abusivo de la inteligencia artificial es que ChatGPT no siempre proporciona información correcta. A veces, "inventa" datos o referencias que no existen, lo que se conoce como alucinaciones de la IA. Muchos estudiantes confían ciegamente en las respuestas que obtienen sin verificarlas, y esto puede llevarlos a incluir información errónea en sus trabajos.
Es especialmente problemático cuando se trata de referencias académicas. ChatGPT puede generar citas de libros o artículos científicos que parecen reales, pero que en realidad no existen. Si un estudiante no revisa la fuente original, podría entregar un trabajo lleno de datos falsos, lo que no solo afecta su aprendizaje, sino también su credibilidad académica.
Un punto medio: aprovechar sin depender
No se trata de demonizar la tecnología ni de prohibir su uso, sino de enseñarle a los niños a utilizarla con criterio. ¿Cómo hacerlo? Aquí una estrategia que equilibra aprendizaje y tecnología:
- Que la IA ayude, pero no haga el trabajo
En lugar de pedirle a ChatGPT que redacte un ensayo completo, los estudiantes pueden usarlo para pedir ideas, aclarar dudas o mejorar la estructura de un texto que ellos mismos han escrito - como uno haría cuando le consulta al profesor.
- Desarrollar sus propios prompts
Si van a usar IA, que lo hagan de forma activa. Un buen ejercicio es enseñarles a escribir prompts detallados para obtener la mejor respuesta posible. Así, en lugar de copiar y pegar, están aprendiendo a comunicarse con la tecnología de manera efectiva.
- Bloquear el acceso cuando sea necesario
En tareas donde la práctica es fundamental, como escribir una redacción o resolver ejercicios de matemáticas, se puede restringir el acceso a ChatGPT con herramientas de control parental como Qustodio. De esta manera, el estudiante se enfrenta al reto sin atajos.
- Verificar siempre la información
Si los estudiantes usan ChatGPT para investigar, es fundamental que contrasten los datos con fuentes confiables, como libros, artículos académicos o sitios web oficiales. Antes de incluir una referencia en sus trabajos, deben asegurarse de que realmente existe.
ChatGPT puede ayudar, pero no debe sustituir el esfuerzo ni el pensamiento crítico. Al final, el conocimiento que realmente vale es el que se construye con práctica, dedicación y curiosidad.